VIAJE POR LA CIUDAD
Hora pico. El colectivo está lleno. Me había comprado un libro y moría de ganas por empezar a leerlo, pero concentrarme era imposible. Todos conversaban en voz alta, miles de palabras se filtraban en mi cabeza.
- Dónde está el pasaporte? – Con los papeles del auto. – No, qué va, cómo va a estar ahí, hay que buscarlo. – Me da tanta pena el perro, élla no entiende que hay que llevarlo al veterinario, pobrecito. – No, es un Master, el tema ya lo maneja hace rato. – Pero no entendés lo que digo? – Sí, sí, ya sé, no me lo repitas más. – Viste qué frío, che.
Quiero leer! no paso de la contratapa, según dice, la novela conecta la historia de un gorrión ahorcado con el beso entre dos mujeres. Extraño.
- Qué va a ser extraño, si siempre se comportó igual. Vos, porque no querés verlo.
Un gorrión ahorcado, qué fragilidad! frágil, lábil, fácil, salvaje.
- Con quién hablabas? hace rato que me da ocupado, bueno bueno. – Parada! – Pare con el timbre doña, ya la oí! – Dale! sí, el finde, sí, bye. – Disculpe, sabe cuál es Paraguay?
Levanto la cabeza del libro y miro a la calle, casi me paso! Bajé a los apurones, permiso! permiso! empujones, permiso! ni bola, parada! Por fin, llegué a la vereda, el bolso abierto, el libro en la mano con un dedo dentro indicando la pagina que nunca leí.
Hora pico. El colectivo está lleno. Me había comprado un libro y moría de ganas por empezar a leerlo, pero concentrarme era imposible. Todos conversaban en voz alta, miles de palabras se filtraban en mi cabeza.
- Dónde está el pasaporte? – Con los papeles del auto. – No, qué va, cómo va a estar ahí, hay que buscarlo. – Me da tanta pena el perro, élla no entiende que hay que llevarlo al veterinario, pobrecito. – No, es un Master, el tema ya lo maneja hace rato. – Pero no entendés lo que digo? – Sí, sí, ya sé, no me lo repitas más. – Viste qué frío, che.
Quiero leer! no paso de la contratapa, según dice, la novela conecta la historia de un gorrión ahorcado con el beso entre dos mujeres. Extraño.
- Qué va a ser extraño, si siempre se comportó igual. Vos, porque no querés verlo.
Un gorrión ahorcado, qué fragilidad! frágil, lábil, fácil, salvaje.
- Con quién hablabas? hace rato que me da ocupado, bueno bueno. – Parada! – Pare con el timbre doña, ya la oí! – Dale! sí, el finde, sí, bye. – Disculpe, sabe cuál es Paraguay?
Levanto la cabeza del libro y miro a la calle, casi me paso! Bajé a los apurones, permiso! permiso! empujones, permiso! ni bola, parada! Por fin, llegué a la vereda, el bolso abierto, el libro en la mano con un dedo dentro indicando la pagina que nunca leí.
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