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lunes, 3 de noviembre de 2008

TARRAGONA 2008
fiestas mayores
Santa Tecla

los "diablos" se divierten...
EX-FERROCARRIL ROCA

El hombre del tren


Todo en él es tan violento que no provoca compasión.
Su pierna cercenada arriba de la rodilla es violenta, como la mugre de sus ropas y su pestilencia.
Sus ojos rojos de alcohol discuten con la baba gris que gotea de sus labios, saliva que no recuerda el sabor dulce de los duraznos de verano.
Violento es, el dolor dibujado en su rostro, tallado en su frente en surcos tan profundos donde se podría sembrar… ya no esperanzas, ni deseos, ni futuro alguno.
Él nos increpa, nos exige una moneda de 10 centavos, de las más pequeñas que nada valen, y sin embargo, lo significan todo.
Alguien osará, acaso, darle a este hombre una moneda, pequeña o grande lo mismo da. Alguien responderá a tanta violencia con unos céntimos de compasión.

El hombre del tren II
(Podría ser el mismo hombre, pero no lo es. Éste es otro día, otro viaje.)

El egoísmo está en todos nosotros, pienso.
Me pregunto si darle algo, y me respondo que no se va a dar cuenta o, peor, lo va a gastar en alcohol, es al pepe me digo… una vez más, pienso en mí.
Tropieza, hace malabares para estar en pie, compitiendo con el bamboleo del vagón, casi cae, que no, que si, milagrosamente sigue en pie, como si los milagros se hicieran carne de su carne, sangre de su sangre. Se ríe, ríe de sí, se sabe borracho y juega con su cuerpo, mueve sus brazos extendidos cual alas a los costados del cuerpo, juega a volar, lejos, lejos de este suelo, del sucio piso del vagón, de los escalones gastados de estación, del techo con goteras del andén.
Se ríe con carcajada sonora, se acerca a un policía de uniforme gris y lo abraza “ qué hacés, tío?” le dice, el poli se sonríe y con discreción se lo saca de encima, sólo eso.
Ja! ja! ja! ja! resuena insolente y subversiva.