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jueves, 1 de mayo de 2008

CARINYU

Gotas de rocío ruedan sobre su piel morena, delineando sus curvas, iluminando sus carnes voluminosamente jóvenes y ardientes.
La mirada de Carinyú es torva, el negro de sus ojos habla de largas noches de soledad en compañía de tantos, hombres jóvenes, viejos, fuertes y temerarios unos, débiles y enfermos otros.
El silencio es su marca de nacimiento, apenas unas palabras, las imprescindibles. Si hasta cuentan que ni lloró al nacer, silenciosa entró a la vida, y silenciosa la transita.
Sus pechos campanean anunciando encuentros furtivos, sedientos, y sus pezones duros como el mármol denuncian a gritos su juventud. Joven aún para amar, vieja ya para ser amada.
Carinyú es mulata, y tiene cuerpo de mulata, voluptuosa y firme, ardiente y distante.
La música suena estridente detrás de la cortina roja y raída que cuelga allí atrás. Es un son caribeño que patina desafinado en un gastado casette, y Carinyú lo baila lenta, muy lentamente. Sus caderas invitan a adentrarse en ellas, y hundirse en oscuras profundidades, naufragando entre el placer y el desdén con impetuosa entrega.
Al verla me pregunto, qué edad tendrás Carinyú? muchas, todas. Ella es niña mujer joven anciana a la vez. Junto a ella uno se transforma, joven inexperto, hombre entrenado, otras anciano, te sorprende cada vez.
Junto a ella todo es novedad y misterio.
Su olor es intenso, agridulce, su sudor te embriaga hasta perder el control, y allí, en ese éxtasis te perdes en ella, te desintegras, y ya no sos vos, sos otro que naufraga pleno de placer, naufraga en sus oscuridades, sus secretos, sus eternos misterios.
Carinyú te devora lentamente, dulcemente, y luego te expulsa impiadosa a una soledad sin fin, un vacío eterno, como madre que abandona a su virgen niño.
Así de cruel es Carinyú.

2 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

buen relato; ¿porque es tan cruel Carinyu?

Saludos

malena dijo...

Carinyú me recuerda un poco a mí misma... Porque, al final se queda sola, no? Sola con su inmadura crueldad y su vulnerable omnipotencia...
Lindo relato.