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sábado, 29 de mayo de 2010
viernes, 28 de mayo de 2010
Las manzanas de Cézanne
Me detuve
y quedé congelada …
40 minutos, 1 hora tal vez.
Eran pequeños formatos
con manzanas verdes brillantes,
rojas azuladas, amarillas.
Miles de pinceladas vivas,
materia pura en movimiento.
Me detuve ante ellas,
cual altar sagrado,
profundamente emocionada.
Las manzanas de Cézanne eran sus manzanas,
eran las manzanas de mis sueños, perfumadas y sabrosas,
eran todas las manzanas que veré.
Las manzanas de Cézanne
se quedaron en mí.
Me detuve
y quedé congelada …
40 minutos, 1 hora tal vez.
Eran pequeños formatos
con manzanas verdes brillantes,
rojas azuladas, amarillas.
Miles de pinceladas vivas,
materia pura en movimiento.
Me detuve ante ellas,
cual altar sagrado,
profundamente emocionada.
Las manzanas de Cézanne eran sus manzanas,
eran las manzanas de mis sueños, perfumadas y sabrosas,
eran todas las manzanas que veré.
Las manzanas de Cézanne
se quedaron en mí.
El todopoderoso
El quiso volver a ser
el niño de sus entrañas,
recuperándose en él, fagocitándolo.
Y lo hizo.
El quiso volver a ver
aquellas imágenes de su felicidad
pasada, ajena.
Y se quitó los ojos.
El quiso volver a oler, saborear,
alimentarse de cientos de frutos.
Y depredó.
Quiso tener poder.
Y se volvió materia oscura.
El quiso volver a ser
el niño de sus entrañas,
recuperándose en él, fagocitándolo.
Y lo hizo.
El quiso volver a ver
aquellas imágenes de su felicidad
pasada, ajena.
Y se quitó los ojos.
El quiso volver a oler, saborear,
alimentarse de cientos de frutos.
Y depredó.
Quiso tener poder.
Y se volvió materia oscura.
jueves, 6 de mayo de 2010
Mi profe de letras.
Veo su cara deformada, la boca es una mueca absurda como partida al medio y para más, quebrada, algo así como cuando ponemos una cucharita en un vaso con líquido. Y sí, la estoy viendo detrás de una botella, una botella de 2 litros de agua mineral, firme sobre el escritorio entre élla y yo.
Un ojo por allá, el otro bien lejos, el borde de la etiqueta tapa la nariz, su boca.. de su boca ya saben.
Su voz, sin embargo, me llega nítida, siempre entiendo sus palabras, aunque no siempre lo que dicen. El sentido me llega fragmentado como su rostro, pero me gusta su cadencia, invita a quedarse, sosiego que se desvanecería si la viera a élla tal cual es.
Veo su cara deformada, la boca es una mueca absurda como partida al medio y para más, quebrada, algo así como cuando ponemos una cucharita en un vaso con líquido. Y sí, la estoy viendo detrás de una botella, una botella de 2 litros de agua mineral, firme sobre el escritorio entre élla y yo.
Un ojo por allá, el otro bien lejos, el borde de la etiqueta tapa la nariz, su boca.. de su boca ya saben.
Su voz, sin embargo, me llega nítida, siempre entiendo sus palabras, aunque no siempre lo que dicen. El sentido me llega fragmentado como su rostro, pero me gusta su cadencia, invita a quedarse, sosiego que se desvanecería si la viera a élla tal cual es.
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